La vuelta a mi cuerpo se hace difícil.
El viento me arrastra en rueditas por todos los túneles.
Por eso te miro fuerte para agarrarne de tu luz leve
y volver de lo más prfundo del tiempo hasta la piel.
Ey, tus manos me recuerdan
-en su errancia circular sabor de noche-
cuánto existo más allá de la cara
en la zona indómita que el invierno esconde.
Me das luz. Sí. Tu mano sobre mi pierna también es yo
también es nosotros también es Amor
El perfume inconfundible de tu cercanía
también es un hilo de la vida que destejo.
Y vuelvo a aprender después de la tormenta
a necesitar los versos para hablarte-
Aprendo de nuevo la torpeza impune
de quien escribe en la convulsa necesidad.
Si vieras que esto fue de puño y letra.
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2 comentarios:
Maria, que lindo esto.
beso.
María.
No te conozco, pero te sigo.
Esto es bellísimo.
Me gusta mucho cómo escribís.
Un beso.
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