21.9.06

Azúcar

Yo hago todavía dibujos con el azúcar; salgo a encontrar el camino con las flores rayadas. Y escribo completos los nombres que me gustan.
Pero con todo, sigo zarpando de mí. Hacia la Ciudad Sin Pájaros, los coches frenéticos; Buenos Aires, o la muerte.
Acá en el pueblo de arena, todas las calles se llaman igual. Y la silueta que guardan es siempre errónea, un espejismo azulino (con pecas, cabello lacio...). Pero no es cierto que vuelvas, es que yo me voy, me caigo, con el sol a espiar el horizonte.
Y basta de decirme que sobrevuele los desiertos. Soy yo, tienen mi rostro: tengo que bajar a llorarlos. Ningún mensaje que venga de Luminosa puede decirme qué hacer. No saben. Yo sí sé.
Entre tanto (y esto sí puedo prometerlo) voy a ordenar el azúcar del mundo en dibujos incomprensibles: un oso, una flor, el dragón de las noches de tormenta.


(17/9)

2 comentarios:

Claroscuro dijo...

Una cosilla: jamás aconsejes aquello que vos no harías

María (Letras) dijo...

Yo, Juan Pablo, no te he aconsejado nada, sólo he esclarecido tus posibilidades.