. pero es mentira que me haya quedado callada todas esas noches. en realidad seguía ahí, sollozando, rescribiendo un epitafio para maría.
. nada más fingí que me iba. seguí con las palabras y los ojos el camino que lleva al Monte, y lo creyeron así los beatos, las aves, las señoritas vestidas de papel. porque nadie había, más de las mucamas, el loco que corre preguntando la hora.
. yo seguía ahí, empantanada en un diálogo antiguo de la biblioteca. viéndolo y tachándolo, y volviéndolo a escribir.
. yo seguía ahí, pero nadie supo. nadie había, ni me dijo que era mentira. tenía puesto el camisón de la doncella, tenía el pelo suelto de verdad.
. yo seguía ahí, y planeaba hipando la mortaja mortuoria.
. yo nunca me había ido. nunca encontré el camino para el Monte.
(29/9/06)
5.10.06
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4 comentarios:
Al menos tenés la certeza de que te quedaste ahí... otros creíamos avanzar y la verdad fue el mundo el que paso por nostros y no al revés...
Te veo al otro lado niña!
Siquiera así fuese...
Estoy todo roto, no voy a leerte en un tiempo... Me gustó... Casi lamento que las líneas me hieran...
ya te vas a ir realmente...
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