nos volvimos dibujados, relato tribal, frontera tinta con blanco.
O acaso era sólo yo, que salí entre la pintura a ver cómo los hombres nos protegían con sus puños.
Había él, venganza de los dioses viejos, o eco de mis labios niñados.
y yo rezaba y recé para espantarlo, líquido hipnótico de los días sucedidos.
nadie lo vio, porque estaba en mí, y había que luchar, estarse quieta y sonreír.
no podía ir al altar, qué va, si estaba escondida entre hienas y dementes. pero recé, rezaba entre dientes, masticando aquello que sangra o
soñar patibulario de los ratos libres.
nos volvimos apenas dibujos, escenas inmóviles que respiraban desde mí. nadie dijo nada, volvimos hacia antiguos rituales. o todos nos escondíamos igual, entre colores de tul y raso en mascarones.
(26/11/06)
29.12.06
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Que bueno volverse dibujito!
Yo quiero!
Bueno?...
Un dibujo puede tener expresión, puede estar tan perfectamente dibujado como para parecer real.
Pero nunca lo será.
A mi me gusta ser real.
Sentir el sol del mediodía dorándome los hombros.
O la lluvia que se clava en mis mejillas como agujas.
Me gusta sonreír y ver como mi piel se hunde en el pequeño pocillo.
y sentir escalosfríos cuando me rozan la espalda.
Me gusta ser real e imperfecta.
De los dibujos solo envidio su inmortalidad...
Publicar un comentario