yo también quiero escribir sobre la nieve. No, no arriba, sino acerca de la nieve. Es que fascina ese símbolo extranjero y omnipresente que, de pronto, se volvió concreto.
Que una idea te enfríe de veras es un poco surrealista. Y que un escenario de pronto se vuelva blanco, irremediablemente blanco, blanco sin posibilidad de escape, y no poder sacarse el ya blanco de encima, blanco, blanco, los días y sus noches y el tiempo que pasa se ha vueltos blancos...
enloquece un poco.
6 comentarios:
Si.
pero que lindo es enloquecer un poco de vez en cuando,
no?
Callate. Vos sos el único que todavía ama la nieve. Cómo se nota que no te quedaste sin agua...
Ah, y... la verdadera cosa que escribí respecto a la nieve se quedó en VM. Después te la muestro. Es un poco más... yo.
Ah, fijate en el link de *la resonancia*, hay otro de la nieve, más maduro.
Callate vos. Ahora parece que se viene de nuevo la puta blanca esa...
(llorando desconsoladamente ante tal nefasta posibilidad)
...
nah, tampoco es para tanto...
que delirio! y si, varias cosas enloquecen!
A mi me enloquecen las puertas semiabiertas. Es en serio, me dan espamos de oirlas columpiarse aunque sea un poco. Y la nieve... Es impresionante como te uede romper el mundo un cambio tan dramático. Incluso las líneas no visibles del mundo se ven deformadas (Van me entiende).
Me disculpo por la carencia de fluidez de lo último que escribí. Estrés post-final. Hagan como si hubiera dicho algo más o menos legible.
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