No importa cuánto corra el tiempo: nunca me alcanza ahí, ese momento sólido en que (las voces trenzadas escalando el cielo) tus ojos me estacan contra el aire que se detuvo.
Soy dos pulgadas más a la izquierda que la mayoría de los peces, puedo leer los ojos de la gente vestida de negro y jamás tomó café en una taza inadecuada. También una vez inventé el bidón de agua, y la duda cartesiana, antes incluso de haber visto Matrix. Pero me gusta cuando llueve. Y cuando no. Y llevo un cuaderno de todas las palabras que duelen...
2 comentarios:
Wow! Mary's gone to the mierda!
Buenísimo!
inadaptada temporalidad!!!
nunca hay un ahi, para el espacio.
era una falta asfixiante no leerte.
beso.
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