28.9.08

Tres incontestables tres

- Tenés los pies helados.
Es el rocío de la madrugada. 
Son las diez, pero yo mojo los pies en esa mañana que se esconde entre levísimos recuerdos de lo inexistente. Los pies, los piececitos. Habitantes invisibles del futuro que espero.
No, no me voy a calzar. Nadie se viste para Amar. Nadie, y menos yo.

- ¿Qué es ese ruido?
Mastico el trueno.
O él tritura mi cuerpo, que se deshace bajo el roce violento de su voz. Sin manos me desarma, sin dientes me ríe, sin regazo me arrulla. O lo hará, cuando sea tiempo.
No, no me voy a callar. Nadie descansa en su camino a la felicidad. Nadie, y menos yo.

- ¿Qué vas a hacer?
Qué van a hacer conmigo, dirás, qué van a hacer los ríos que me componen, las voces que me enredaron, los gigantescos pies de destino bajo los que crujen mis huesos.
No, no te voy a decir. ¿Ves ése árbol de allá? Ahí estoy sentada, esperando. Mojo los pies en un martes de tormenta y no contesto preguntas.

11 comentarios:

pio dijo...

No aguanto la espera. No veo la hora de no trabajar más.

franco dijo...

"No, no me voy a calzar. Nadie se viste para Amar. Nadie, y menos yo.

- ¿Qué es ese ruido?
Mastico el trueno.
O él tritura mi cuerpo, que se deshace bajo el roce violento de su voz. Sin manos me desarma, sin dientes me ríe, sin regazo me arrulla. O lo hará, cuando sea tiempo.
No, no me voy a callar. Nadie descansa en su camino a la felicidad. Nadie, y menos yo."

Animala. Hasta andamos pensando cosas parecidas.

Adrian Orellano dijo...

haa maría, que bueno esto. me ha gustado mucho. tus escritos cada vez me gustan más.
Me dejó el sin sabor, por el contraste de lo vacío de mis dias. Presiento un alguien lejano.

Anónimo dijo...

Bonito, bonito. Sabe a frío y rocío. Sabe a soliloquio. A dedos entumidos y hierba que tiene ganas de crecer. Y también a soledad de esa voluntaria, reveladora.

Anónimo dijo...

hola, pasaba solo a saludar. asi que saludo, espero que estes bien.
ciao.

Anónimo dijo...

ODA AL FASO
Oh! Faso infinito
que ahuyentas ánimas tenebrosas
del pesado patíbulo,
que carcome el distante vuelo:
lánguida desidia del innombrable.
Oh! Hierba sagrada
que entibias con tus volutas
la áspera sangre
del cantar de la fanfarria olvidada.
Oh! Cilindro molido
de pálida piel delgada, estrujada,
sinuosa sombra nocturna.
En tus manos caigo como en
temprana muerte,
casi sin sentirlo,
buscando la locura.
¡Que me entierren en la tierra
sin memoria!
Mañana nazco ya
en la forma de árbol nuevo
A la aurora.

Leandro Marcela Lucrecia dijo...

Si les intereza estoy organizando estas jornadas de cine cafe debate tengo entradas gratis para ustedes escribanme por mail.


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María (Letras) dijo...

Acerca de esa oda al faso, cuyo anonimato no puedo entender, adivino una futura resignificación de la palabra faso, que para algunos tiene tanta carga emocional. Así como a ciertos escritores el alcoholismo les marcó el estilo, y bajo su pluma las referencias más burdas a la bebida se volvían llamadas melancólicas o recuerdos abrazados con amor, a ustedes -generación tan apegada al "faso"- les espera un destino parecido.
Fue una impresión momentánea que tuve. El poema está bueno. Empieza medio forzado, pero va mejorando a medida que avanza.
Besos.

pio dijo...

¡Andá!

Adrian Orellano dijo...

jajajajjajaj

Matías dijo...

intenso che, me gustó....