. . . . . . . ..
Escuché la voz que venía del mar
hice branquias con lo que quedaba de unos libros
mariné mis manos con torpes servilletas
y salí. Pero igual
el mar estaba lejísimos
más lejos que el tiempo en que Quién me permite existir
más incluso que el grosor de lengua de la bicicleta.
Más lejos que yo.
y salí. Pero igual
sabía que jamás llegaría
a la bacanal submarina del pueblo mil
mil colores mil rostros mil latidos batiendo el agua
mil amores anchas sonrisas mil corales cantando a coro que
salí. Pero igual
sabía que nunca podría escapar
dentre los barrotes tan ciudadanos del cemento burgués
girando en el sentido de las agujas del reloj
girándonos a todos en aquel sentido de poco sentir mucho pensar mucho penar mucho pesar mucho pasar nunca salir. Pero igual
la voz del mar se escuchaba desde mi pieza.
29.1.09
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2 comentarios:
wow. :)
un abrazo desde este tiempo que también atrapa.y des-atrapa a la vez.
AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH ¡cómo te odio! ¡encima sabés que una de mis debilidades es el juego de palabras! segundo poema terrile.
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