No podés pisar
firme el suelo
si estás temiendo
el crujir de la araña bajo tu pie.
El crujido es vívido aunque
jamás lo hayas sentido
-viene de vidas pasadas?
de luchas en sueños,
de ancestros en mundos en que las arañas y los hombres
aun se disputaban territorio.
Y no podés.
El terror te sigue lamiendo la cara.
Tu corazón está cercado
por negras arañas que bailan
con su cinética asquerosa
sus gotas de peltre
caen como clepsidra contando segundos:
no podés
pisar firme
ahora hay un niño que puede morir y debe
ser cuidado de manera rigurosa
pero también tiene que aprender a caminar
y vos también
sí a vos te hablo
María
pisá
con toda la palma del pie
como si quisieras hundir la baldosa.
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