las cosas siguen sin mí. es inútil negarlo... yo intento encerrarlas conmigo, pero ellas sonríen con displicencia y se van igual. las mantas me quedan grandes ya... y las palabras siguen zarpando como barcos de mis costas inmóviles. pronto, ya no tendré con qué escribir estas manchas.
a veces me llaman, eso es cierto. pero yo sé soñar y ver cómo nadan en el aire virgen de mí, ver sonreír todos esos rostros con los que supe dormir tantas noches. ahora apenas me llaman cuando tienen fuerzas para sonreírme un rato. o cuando les da culpa, qué sé yo.
detesto esta pantalla, regada de cosas siempre tristes. pero, en fin, tenías razón: no voy a llegar a ver el fin de nada, ni siquiera el mío. así que mejor me duermo como todas las veces que no quiero llorar. total... algún día de estos me voy a morir y todo va a recuperar la estabilidad para mí.
sino, no veo el porqué de mi salud crepuscular, o de esta necesidad antigua de decirte te quiero todo el tiempo.
(ah, qué amargo... ni siquiera puedo ya escribir. Prometo no volver hasta no haber robado algunas palabras.)
(27/8)
28.8.06
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8 comentarios:
Menos poético que los otros... Pero más triste, quizás...
Vos también sos miserable María... claro que más a menudo y cien veces más intensamente que yo, eso está claro.
Sospecho que estuviste esperando para endilgarme esa palabra de vuelta (back). Pero bien. Tal vez tengas razón.
¡¡¡¡¿¿¿Tal vez???!!!!
¡¡¡¡¿¿¿Tal vez???!!!!
¡¡¡¡¿¿¿Tal vez???!!!!
El mismo comentario tres veces, a quién me recuerda?.
Vamos, Juampi... dejá de imitar a Manuel en toooodo... incluso en este hábito de comentar.
comentar.
comentar.
(je)
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