Un agujero hondísimo en el silencio de mi vientre, en el vacío que me roza la piel. Mil kilómetros de eco y ceguera, ausencia blanda de pasos,
o risa angélica,
gabriel.
Yo acuno un vacío que huele a sangre quemada. Yo sé encontrar dolor ahí donde no hubo más que una palabra sin suelo. Yo, cárcel del pasado roto, no soy ahora sino la suma de las promesas que volví dioses inmóviles.
...mientras el ángel nonato cava profundo en mis entrañas.
29.6.07
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3 comentarios:
Leí. Sólo puedo decir eso. La sucesión de imágenes me estremece, pero soy incapaz de encontrar un hilo para ellas.
ausencia blanda de pasos,
o risa angélica,
gabriel.
eso es hermoso
realmente muy bueno... la oquedad propia de la existencia... de nuevo apausos!!! me gusta che
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