Me enamoré del tercer jinete del Apocalipsis. No le costaba respirar en el caos y había vivido años infinitos sobre la tierra. No vibraba. Era gris. Y yo fingí que creía su prédica para escucharlo delirar en calma.
El último día del mundo me enamoré una vez más. No fui a ver a mamá por seguir al Jinete. No me quité los zapatos por vez última; mucho menos dije los secretos que me hubieran salvado el Alma. En cambio me quedé al lado de él, que era gris y no temblaba nunca.
Quise decirle que lo Amaba, pero empecé a reírme y no pude parar; no hasta llorar, hasta perderlo de vista, hasta que la última luz que el mundo vería se extinguió por completo.
24.8.07
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8 comentarios:
Supongo que está bien... Pero no me impresiona como los otros.
Segunda lectura: Lo único que me dice algo no está en el texto, sino en vos.
A mí me gusta; pero claro que a mí me gusta. jajaja
hoy te odio. Pero hoy hiciste mérito.
Te dije que iba a hacer mérito.
...
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PUTA MADRE, DECIME POR QUÉ ME ODIÁS.
Se aguaron los planes de rol, qué tristeza...
querida, Safo a veces se putea.
me gustó el concepto de este.
Sinceramente, un orgasmo. Eso es todo lo que puedo decir. Impresionante.
Ja.
Curioso.
Oh, y perdón por todo, che. Ya cuando mis resbalones afectan el fate de los demás es porque ya se puso fea la cosa.
...
Ésto me gusta bastante. A variso niveles evidentemente, porque no puedo describir qué es lo que tiene de copado, lo cual no es raro; lo raro es no poder clasificarlo como alguna de todas las cosas que no me gustan.
No te da bronca encontrar blogs que te agradan cuando ya estan muy empezados? O muy terminados.
Tiempo de mierda.
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