Ellos -en el sueño, en la casa- presos de una década suicidada. Afuera nosotros, niños de barro, por la ventana espiando la estirpe de Faustine.
Pero arrebaté al pasado la posibilidad de mi cuerpo
y el se negó entonces a mirarme.
Ah, niñas, manchas blancas, revoloteando entre mortecinas paredes
me hacen desear cosas oscuras
escribir esto
me hacen doler los ojos y querer dormir.
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2 comentarios:
Vamos criatura...que anda pasando...mucha lluvia? si tu chinche es por eso, ya somos dos!
Saludos y que mejore.
PD: La oscuridad tambien es buena, nos lleva a la luz...
Bueno María, tranquilidad y dejáte de estar chinchuda CHE!!!
Ánimo niña y que la lluvia no inunde tus pupilas!!
Besos
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