12.3.09

Mi mano tu mano

I


El amor y el odio están, efectivamente, cerca.

Tan cerca como tu mano y la distancia.

Como mi mano y las lágrimas de la distancia.

El amor y el odio se besan en un romance desgarrador

En el medio los labios

somos nosotros. Tu mano y mi mano. Esas veces.


II


Quién le afiló los dientes al dolor

mientras mirábamos el horizonte muy nublado

con los ojos místicos de quien tiene la mano tomada.

La dictadura del Amor es impiadosa sobre el cuerpo.

Y hoy lloro esto mientras suena el teléfono y nunca es

tu voz diciendo, suave y malvada:

Sé que escribís un poema para mí.


La respuesta era simple:

Yo lijé los dientes de la vida

y acomodé la cabeza donde doliera sin matarme

porque desde ahí la sonrisa se te veía increíble.


III


No, en este poema no existe él.

Sólo vos y yo nuestras manos arañadas por el tiempo

Esas veces

Y el poema

Son los círculos de luz que nos protegen existimos

en la Historia muda que duerme sobre la piel.


El libro que nos contiene se llama: Algunos sí estuvieron vivos.


IV


La memoria se parece a una tela de araña

que se destruye fácil pero igual permanece

para siempre ensuciando la perfección de la humana arquitectura

la perfección de las humanas demoliciones.

Yo la busco en los rincones de la tardenoche

porque entre sus retazos está el documento de tu palabra

tu voz ardida de rojo insoportable beso, pero igual

igual

el hilo único que permanece siempre es el más triste

el más plateado

O acaso todos se agrisen cuando la humana perfección quiere borrarlos.


V


Pero si habíamos encontrado la manera

de que el universo entero cupiera en esta vida

a qué te fuiste tan lejos a enterrarme

con el cuerpo en brazos cruzando el monte

a qué me llevaste allá tan lejos

donde me busco entre tus manos y no me puedo encontrar.


VI


Mientras intento salir

del recinto asfixiante la solitud

me cuelgan del cuello las palabras que mantengo

y que me sostienen ante la húmeda demencia

: extraño más tu felicidad que tu compañía.

Por eso y por todo

excepto las demás palabras de este cuarto oscuro

el poema seis no tiene dueño.

Cuando te mueras y me muera y ya nunca más existamos

la mano piadosa del juramento te va a ofrendar este beso.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

:o , me acabas de dar un revolcón en el pecho...

....si estuvieras de frente leyendo esto que escribís, me quedaría mirando, leerte para mi es como viajar.

espero que estes muy bien.

Claroscuro dijo...

No me gustó nada. Este no es tu estilo mari, y no te sale bien.

franco dijo...

Te leí más o menos 18 o 19 años más grande. Cambiada, pero Mary en fin.
Está buenísimo.

Anónimo dijo...

No, esta no sos vos. Sos vos y aún mucho más. Sos vos potenciada, transmutada, elevada. Esta sos vos sin metáforas. Es lo crudamente veraz que se esconde enredado en tus tejidos. Esta es la voz que se silencia, pero que cuando no calla grita fuerte. Esta no sos vos, definitivamente. Sos vos y es mucho más allá de vos. La verdad desnuda hecha palabras.
Gracias por conmoverme.