No quiero

Tonto. Sí me duelen los monstruos que se guardan en mi interior.
Tienen algo así como unas lenguas dentadas que perforan lo interno de mí, se abren paso hasta la superficie, y se me pegan como sanguijuelas larguísimas que dibujan cosas. Resulta repugnante, sí, pero al fin y al cabo son mis monstruos y debo cuidarlos de las arañas hemótrofas y de mis uñas.
Tonto. Yo no quiero salir en la foto. Yo no quiero que nadie me vea recubierta de dibujos de monstruo y, encima, quieta y chiquita como son las fotos. Sí, sí me duelen los recortes de las cartas que cosí en mi piel.
(y ahora me revuelvo, me arrepiento de todas las palabras, quiero llorar y suplicar por un poco más de sueño; quiero ya mi taza blanca y esas únicas cosas que no me miran para culparme)
Tonto, yo no quise hacer nada de esto. Yo nada más quería que me vieras con los ojos fijos.


(29/8/06)